San Juan, el discípulo amado, llegó el primero. Pero esperó a entrar a San Pedro, porque reconocía el primado establecido por Cristo. Por muchas gracias concedidas, por muy privilegiados que seamos por el Señor, incluso por delante de Pedro, debemos esperarle.
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Palabra de Dios: «¿Qué será este niño? Porque la mano del Señor estaba con él»
Todos los padres creyentes nos podemos hacer esta pregunta al tener a nuestros hijos en brazos. Mejor antes, al saber de su existencia en el seno materno. Ojalá seamos los padres esa mano del Señor para que los hijos, como el Bautista, sean profetas de Cristo y su Reino, que ya se realiza.
Palabra de Dios: «María se levantó y puso en camino hacia la montaña»
Cuando el corazón está lleno de la Gracia de Dios uno se llena de «ardor guerrero». Como María, somos capaces de ir a paso de legionario a socorrer a otro. Esa diligencia es propia de un corazón enamorado. Pongámonos en pie y vayamos a prisa a la montaña para decir: «Proclama mi alma la grandezaSigue leyendo «Palabra de Dios: «María se levantó y puso en camino hacia la montaña»»
Palabra de Dios: «¿Cómo será eso, si no conozco varón?»
Zacarías tentó al Señor y pidió una prueba. José no dudó, pero se vio superado por el misterio hasta que fue fortalecido. ¿Dudó la Virgen? No. Más bien planteó un «Confiada a Tu Voluntad, sabes que soy virgen por amor a Tu Nombre. ¿Cómo lo harás?». Y se entregó.
Palabra de Dios: «Los dos eran justos ante Dios y caminaban sin falta según los mandamientos»
Isabel y Zacarías llevaban una vida de piedad ejemplar. Aún así, a Zacarías le faltó fe para creer al ángel. Su historia nos ayuda a entender que nadie está a salvo de dudar, ni aún los más devotos. Pidamos por conservar el don de la fe, si lo tenemos, y por que les llegue aSigue leyendo «Palabra de Dios: «Los dos eran justos ante Dios y caminaban sin falta según los mandamientos»»
Palabra de Dios: «Hizo lo que le había mandado el ángel del Señor»
San José, ejemplo para los padres: Hace la voluntad de Dios con humildad y valentía. Reconoce que su esposa es un regalo de Dios, hija de su Rey. Ve los hijos como un ‘préstamo’ divino que devolver al Cielo. Arriesga todo confiado en Dios. Sirve en silencio en lo ordinario.
Palabra de Dios: «El testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan»
Cristo no tiene necesidad de reivindicarse. Pero sí de advertirnos que no nos quedemos mirando el dedo que apunta a la luna. Nos puede pasar que, determinadas expresiones de la piedad nos obnubilen y no lleguemos a Cristo. Igual, si somos testigos, procuremos llevar al Señor a otros.
Palabra de Dios: «Frustraron el designio de Dios para con ellos»
Los que no aceptaron el bautismo de Juan, cerraron las puertas al torrente de gracias que Dios estaba deseando derramar en ellos. Así nos sucede cuando no acogemos las palabras y actos proféticos que suceden en nuestra vida con más frecuencia de lo que creemos.
Palabra de Dios: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto»
El Maestro, desde la misericordia, no se deja manipular por preguntas capciosas. Vienen a Él cuestionando su poder, con más miedo que vergüenza. Ingenuos… ¡quieren «pillar» a Dios! Que la Virgen Madre de Hispanoamérica nos libre de tentar al Señor.
Palabra de Dios: «Dichoso el que no se escandalice de mí»
Jesucristo tuvo palabras y acciones que no siempre comprendemos, o que nos puede parecer «exageradas». Si algo nos escandaliza o chirría el problema es nuestro. En ese caso, hay que volver a ello una y otra vez hasta purificar la mirada y el corazón. Y seremos dichosos.